Thursday, October 26, 2006

¿que es el IIRSA?

Recientemente recibí un artículo por el lobo guerrero, aca se aclara un poco lo que significa la integracion de la infraesctructura regional suramericana...IIRSA. Es importante difundir esta información por todos los medios, ya pronto con una chimenea en frente de tu casa sabras de lo que se ha estado hablando.

AMBIENTE-AMÉRICA DEL SUR
Debate abierto por infraestructura


Por Marcela Valente

BUENOS AIRES, oct (IPS) - Con cierto retraso y en voz baja,
organizaciones de la sociedad civil pusieron en discusión el impacto de
la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional
Sudamericana (IIRSA), lanzada por los gobiernos de la región en 2000 y
que tiene en carpeta 335 grandes obras.

Preocupado por la escasa información que circula sobre estos
proyectos, algunos ya en marcha, el Comité Regional Sudamericano de la
Unión Mundial para la Naturaleza (UICN-Sur) convocó a participar en el
Foro Electrónico Perspectivas de la Sociedad Civil sobre IIRSA,
iniciado en septiembre y que concluyó este mes con un resumen de los
aportes.

"¿Será IIRSA efectiva para el desarrollo sostenible?", se preguntó en
este ámbito Silvia Sánchez, de la Asociación Peruana para la
Conservación de la Naturaleza. "Las carreteras son valiosas, pero no
sirven si no van de la mano de un ordenamiento territorial que ponga al
ser humano en el centro del desarrollo", opinó.

En este foro participaron más de 300 personas, en su mayoría
integrantes de entidades sociales, ambientales y académicas, que
alertaron sobre el peligro de que las obras profundicen un modelo de
desarrollo basado en la explotación de recursos naturales sin acercar
soluciones a la pobreza o el desempleo regional, sino sólo más deuda.

Los participantes advirtieron que las obras de infraestructura, cuya
prioridad no fue consultada por los gobiernos con la sociedad civil,
podrían implicar "un alto riesgo ambiental", pues comprometen zonas de
"alta concentración de biodiversidad", y van a derivar en un mayor
endeudamiento de los países destinatarios de los proyectos.

Mencionaron diversos casos en los que hidrovías, carreteras o puertos
identificados con el desarrollo, surgen para afianzar un modelo que
exige la expansión del monocultivo a costa de una vasta deforestación.
Ese esquema no genera empleo masivo y, en cambio, sí degrada el
ambiente, alertaron.

Asimismo coincidieron en que todo lo referente a la IIRSA se maneja de
modo "restringido". "Por un lado, no existe información sobre los
impactos que podrían tener estos proyectos y, por el otro, la
información sobre sus posibles beneficios es manejada como publicidad
de las obras, lo que dificulta el análisis crítico", concluyeron.

En el marco del foro, la UICN-Sur y dos de sus organizaciones miembro,
la argentina Fundación Proteger y la ecuatoriana Corporación de Gestión
y Derecho Ambiental, propusieron entonces crear un Observatorio
Ambiental de la IIRSA, que servirá para concentrar la información en la
región y hacer un seguimiento de las obras en marcha.

La IIRSA nació en 2000 en la Cumbre Sudamericana de Brasilia, como un
proyecto para aumentar oportunidades económicas en los 12 países de la
región mediante la construcción de carreteras, puentes, represas,
puertos, hidrovías, gasoductos, redes eléctricas y la ampliación y
mejoramiento de las telecomunicaciones, entre otras iniciativas.

En algunos casos son obras nuevas, en otros se trata de mejorar la
infraestructura existente. Un proyecto emblemático de la iniciativa,
considerado el corazón de la IIRSA, es el gasoducto Camisea en Perú,
que recorre 730 kilómetros para llevar ese combustible de la selva
tropical amazónica hasta la costa del océano Pacífico.

La empresa fue severamente cuestionada por ambientalistas y por
comunidades indígenas afectadas por el proyecto.

Del mismo modo, indígenas de Colombia y Venezuela resisten otro
proyecto de la IIRSA de ampliación de yacimientos carboníferos y
construcción de dos puertos para exportar el mineral en la frontera
entre ambos países.

Otro plan considerado faraónico, emblemático de las denuncias de
corrupción en América del Sur, es la represa argentino-paraguaya de
Yacyretá, una inversión millonaria que obligó a desplazar pobladores,
afectó negativamente el ecosistema y dejó una cuantiosa deuda pública.

También en el marco de la integración regional surgió en los últimos
tiempos el Gasoducto del Sur, proyectado para recorrer 8.000 kilómetros
desde el Caribe venezolano hasta el Río de la Plata.

"Estamos muy preocupados por todos los proyectos de la IIRSA que
avanzan sin dar ninguna información a la sociedad sobre sus impactos",
dijo a IPS Víctor Ricco, del Centro de Derechos Humanos y Ambiente de
Argentina, que intervino en el foro.

En total son 335 iniciativas de energía, transporte y
telecomunicaciones, que implican una inversión de casi 38.000 millones
de dólares y tendrán apoyo técnico y financiero de la Corporación
Andina de Fomento, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo
Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata, entre otras
entidades crediticias regionales.

Los bancos elaboraron un plan de acción para encarar las obras
consideradas prioritarias y hay una Autoridad Sudamericana de
Infraestructura, a nivel ministerial, para identificar los proyectos
que entran en esta iniciativa dentro de 10 ejes de integración
económica.

Esos ejes fueron diseñados en función de los flujos actuales y
potenciales de comercio y muchas de las obras trascienden las fronteras
nacionales.

"¿Quién decidió que esos proyectos serán prioritarios para nuestros
países?", se preguntó en el foro Gonzalo Varillas, de la Corporación de
Gestión y Derecho Ambiental de Ecuador. "¿No será mejor invertir esos
millones de dólares en salud y educación?", desafió.

En diálogo con IPS, Jorge Cappato, director general de la Fundación
Proteger de Argentina, advierte que "existe una contradicción muy
grande entre la magnitud de los proyectos IIRSA, incluyendo las
transformaciones que conllevan, y la desinformación de la opinión
pública".

"La sociedad reacciona cuando tiene el problema enfrente, una
chimenea, un basural o el agua de su río que cambia de color", explicó
preocupado. "Los impactos de obras en gran escala en lugares remotos
como la Amazonia son difíciles de advertir, pero son mucho más graves y
algunos irreversibles", advirtió.

Cappato consideró que la experiencia del foro fue positiva, porque "se
abrió un canal de acceso a la información de un tema que está en una
semipenumbra". "Nadie nos puede garantizar hoy que, con los proyectos
de la IIRSA, vamos a estar más integrados o que nuestra calidad de vida
va a aumentar", apuntó.

Hasta ahora, muchos de los grandes proyectos en infraestructura en la
región tuvieron "dudosos beneficios" para las comunidades, como por
ejemplo el gasoducto Camisea, dijo.

"Tampoco está claro que por esta vía se va a avanzar en una mayor
integración ni que se vaya a reducir la pobreza. Al contrario, muchos
de estos planes destruyeron empleo, provocaron un éxodo rural y mayor
pobreza", remarcó.

"El gran desafío es no quedar como los aguafiestas del desarrollo. No
estamos en contra de la infraestructura sino a favor del crecimiento
económico que permita mejorar la calidad de vida de nuestras
sociedades", distinguió.

"Si hacen falta obras, hay que discutirlo con las comunidades
afectadas para ver a quiénes beneficiarán", reclamó. Esto puede ser un
aporte del observatorio, añadió.

"Uno de los propósitos del observatorio es que los gobiernos y los
organismos multilaterales de crédito entiendan que es necesario un
diálogo con la sociedad civil, con los afectados por los proyectos",
pues, de lo contrario, "se puede vaticinar que surgirán conflictos",
puntualizó. ***** + Unión Mundial por la Naturaleza û América del Sur
(http://www.sur.iucn.org/) + Fundación Proteger
(http://www.proteger.org.ar) + Iniciativa para la Integración de la
Infraestructura Regional Sudamericana (http://www.iirsa.org)

(FIN/IPS/mv/dm/en if ip/md pn/sl la/06)

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